¿Funcionará? ¿Tendrá futuro? ¿debo separarme? ¿cómo se lo digo?
¿Qué problemas enfrentaremos? ¿se puede seguir a flote con estas relaciones?
Estos son algunos ejemplos de las preguntas que rondan por nuestra cabeza, cuando la diferencia de edad con nuestra pareja es marcada. La edad en una pareja, solo importa en la medida que a la pareja le importe. Es decir que no es una limitante, a menos que para ti o para él lo sea.
Hay hombres que las prefieren maduras, así como hay mujeres que los prefieren menores eso depende de necesidades afectivas y emocionales así como gustos personales.
Cuando somos nosotras como mujeres las que somos mayores podemos darle cierta importancia, y por ello sentirnos incómodas. Muchas veces por que tiene que ver con estereotipos o con estigmas o creencias, con ideas de como será más adelante cuando tengamos más edad , donde la apariencia física y estética juega un rol fundamental generando tensiones entre ambos. Además puede estar asociado a cierta inseguridad y a miedo de perderlo en brazos de alguien más joven generando celos y dificultades con la autoestima.
Pero esto depende de como se construye la relación de pareja y como se lleven, es decir tener la misma edad o que el sea menor o mayor que no es garantía de que la relación perdure o no para siempre.
En el caso en que el hombre es mayor, quizás se tienen menos estigmas, por lo que es lo «esperado socialmente» y es la forma más o menos habitual como se forman o consolidan las parejas, pero tampoco es garantía de un amor eterno. Y al igual que en el caso en que la mujer es mayor, el hombre también puede sentirse inseguro y que la perderá en manos de algún muchacho menor que él o bien parecido. En algunos casos estas inseguridades pueden llevarse al plano sexual, afectándolo.
En algunas ocasiones las parejas sienten miedo de contar a sus familias la relación que tienen, y esto es por que las familias juegan un papel importante en las relaciones de parejas, a veces las presiones son tantas, o la oposición a la relación es tan de frente que las parejas terminan por no aguantar y terminar. Esta presión negativa suele ser de lado y lado, en el caso de que la mujer sea mayor, sienten que ella es inmadura, y que acabará con la poca madurez que le queda al estar con él. Por parte del hombre la familia puede sentir que ella no tiene nada para ofrecerle (su juventud) o por el contrario sienten que ella lo beneficiará y le aportará a su carácter.
Cuando los hombres son bastante mayores que la chica también pueden encontrarse dificultades, las cosas dependen de cada familia en particular, de las ideas que se tengan acerca de lo que se considera «una diferencia de edad adecuada»
Es cierto cuando hay grandes diferencias de edades, podemos sentir que no quemamos ciertas etapas de nuestra vida que el otro sí o que hay diferencias entre ambos. Esto es mucho más notorio cuando al más joven le gusta salir, o ir de fiesta, o disfrutar en la noche, y el otro (al mayor) le gusta mucho más permanecer en casa, ver la tele, etc. Pero las diferencias independientemente se presentan, no necesariamente por la edad sino por que somos dos personas diferentes con ideas, estereotipos, sueños, anhelos, convicciones, ideologías distintas, además que cada uno tiene su propia personalidad.
Cuando buscamos cierto tipo de persona, aunque creemos que nuestra elección es libre y «consciente» es decir racional, la realidad es que no es de esta manera y nuestras decisiones corresponden a nuestras necesidades emocionales y afectivas que nos acompañan en un momento dado o en el lapso de nuestra vida.
La diferencia de edad no tiene por que convertirse en un impedimento para que se establezca una relación adecuada, aunque es cierto que cuando las cosas no nos funcionan siempre tendemos a echarle la culpa a algo en vez de asumir nuestra responsabilidad en la relación y tratar de ver donde realmente esta el problema y de esta manera solucionarlo.
Cuando esto sucede debemos plantearnos:
¿Es la edad realmente el problema?
¿Es el único problema?
¿Si no existiese esta diferencia de edad entre nosotros, no tendríamos los problemas y dificultades que tenemos ahora?
¿Tenemos cosas en común e intereses que compartir?
¿Nos sentimos bien, el uno con el otro?
Para concluir quisiera decir que la madurez no es un factor que tenga que ver con la edad que tenemos, sino con muchas otras cosas y entre ellas con la forma con la actitud para ver aquellas cosas que nos suceden y con la forma como aprovechamos las experiencias en nuestra vida.
Tener una relación de pareja estable no depende de la edad que nos llevemos, si no con la posibilidad de llegar a ser «pareja» y pensar como pareja, donde dejamos de ser uno solo para convertirnos en una «unidad». No quiere decir que no tendremos discusiones o diferencias de opinión, sino que sabremos respetarnos en nuestras diferencias y apoyarnos el uno y el otro, aunque no pensemos igual o no veamos las cosas de la misma manera.