A veces actuamos y pensamos que es el mundo externo, o que son los demás los que nos impiden realizar nuestros objetivos o los que nos impiden desarrollarnos y crecer como personas o como profesionales. Pero la realidad es que somos nosotros mismos, los que nos ponemos dichas barreras, los que nos impedimos caminar y transitar por el camino que nos lleva a conseguir nuestros anhelados logros.
Es un hecho, los pensamientos negativos nos afectan.
Es tan importante lo que creemos y pensamos acerca de nosotros mismos, la fuerza y la convicción de ello, nos hace creer con fe ciega que son las grandes verdades de nuestra vida, y lo peor de todo no es solo que lo creemos sino que buscamos argumentos que lo verifiquen.
Ayer leía a Robert Dils, me encantó la metáfora que utilizaba para explicar la influencia de estas creencias y pensamientos negativos en nuestra vida.
Relataba una historia que ocurría entre un psiquiatra y su paciente, este último decía que era un cadáver y por más que el psiquiatra intentaba convencerlo de lo contrario no lo lograba.
Tuvo entonces una gran idea y le pregunto a su paciente:
– ¿Los cadáveres sangran?
– !no, claro que no, afirmó el paciente!
-¿Eso quiere decir que si sangras no eres un cadáver?
– Cierto
Dicho esto se aproxima el psiquiatra al paciente y con una aguja pincha su dedo, y como es de esperarse sale sangre
– !!vaya, esto si que es una sorpresa!! ahora los cadáveres sangramos.
La metáfora es muy gráfica, visto desde afuera suena hasta muy gracioso
Pero…. ¿Que tanto lo aplicamos en nuestra vida?
¿Que creencias limitan tu vida?
¿Que ideas tienes de ti mismo que te impiden progresar y alcanzar tus objetivos?
¿Si estuviera en tus manos cambiar tu vida, que cambiarías?
¿Que barreras y limitaciones te pones a ti mismo?
¿Que cosas crees con fe ciega que son las grandes verdades en tu vida?
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